La terrible espera a clases [Libre]

" El papeleo fue facil, pero esa tonta no dejaba de ver mis dientes ¿deberia haberla mordido? no!" .La calida brisa podria sentirse, ya estaba en esa inmensa azotea rodeada de barandales de un metal gris frio, acero o aluminio talvez, La vista era impresionante, podia ver todo desde ese lugar, me sentia en paz, cerrando mis ojos por un momento lleve mi mano al pecho y senti mi corazón, esa paz era la que anhelaba, todos me ignoraron al llegar a la institucion como si no existiera. me siento en paz...

                              -Habia algunas chicas bonitas...-

volvi a abrir mis ojos con lentitud y observe a cada ser de esta institucion tan pequeño ante mi, sentia podria estar en paz aunque sea un tiempo, la brisa es tan calida, mi cabello se mueve al viento, mis coletas ondean. apoyo mi espalda contra El barandal y una agria mueca cubre mi rostro como si antiguos recuerdos volvieran a tomar mi mente y destrozaran esa paz, El viento ahora a mi espalda lograba mis coletas golpearan mi rostro, lo sabia en minutos deberia dirigirme a clases en aquel salon,  deberia presentarme como cada nueva alumna sin amigos en su nueva institucion, me preguntarian mi nombre y con mi tipica mueca intentaria decir mi nombre, pero antes de ello se percatarian de mis dientes.. es inevitable tener que pelearme con mi nuevo curso, aunque ella prometio no seria expulsada por algo tan pequeño como una pelea. Cerre mis ojos por un momento, deje el barandal y grite como intentado convencerme todo estaria bien

                   -ES COMER O SER COMIDA! Y YO TENGO LOS DIENTES PARA COMERMELOS A TODOS !

Ya habían pasado algunas horas desde mis primeras clases en el instituto, había un pequeño receso entre la clase que había concluido y la próxima: historia. Si bien tenía que ser sincera las clases de historia me fastidiaban, sentía ganas de saltarme las clases... pero al menos el primer día debía asistir a todas y podría darme yo misma el derecho de faltar el resto. Me sentía fatigada de tener que soportar estar quieta dentro del aula y aun peor: de mantenerme despierta y tomar furtivos apuntes, además no tenía nada que almorzar y todos en el aula lo hacían, así que me decidí por buscar un lugar apartado del resto. Colgué en mi espalda mi estuche metálico y salí al pasillo a preguntar por algún lugar en paz.

Miré a una chica caminar sola, le he tocado la espalda para preguntarle, pero se ha exaltado de sobre manera, después de observarme se tranquilizó y me ha indicado como llegar a la azotea “ahí es un lugar que pocas personas suelen frecuentar pero deberás llegar hasta la tercer planta”. No miré el incoveniente de subir tantos escalones cuando ella me lo mencionó, pero una vez que tuve frente a mí todos aquellos peldaños por escalar sinceramente sentí un poco de arrepentimiento pero mis pies siguieron avanzando.

La puerta para pasar a la azotea lucía muy pesada, era bastante grande y metálica, parecía como si hubieran colocado así por alguna razón en especial, coloqué ambas de mis manos y empujé las puertas, cuando estás se abrieron miré a unos 7 metros a una chica rubia recargada en el barandal, parecía no notarme y ahora éramos las únicas allí, ella parecía sumergida en sus pensamientos, seguí avanzando y cuando quedé a 3 metros de ella gritó: “¡Es comer o ser comida! ¡Y tengo los dientes para comerlos a todos!” Inevitablemente reí al escuchar aquella frase:

- Vaya, así que deberé de tener cuidado de que una joven rubia caníbal está suelta por el instituto, ¡lo tendré muy en cuenta! –pronuncié aun entre pequeñas risas y me posé a un metro de distancia de ella recargándome en el barandal para observar todo el instituto desde las alturas.

"Ese grito lograba acallar mi inquietud dandome poder sobre mi corazón, estaba tan concentrada que no pude notar el sonido de la pesada puerta de la azotea ni ver a quien se aproximaba, pero ella logro mi atencion con esa risa acompañada de la frase - Vaya, así que deberé de tener cuidado de que una joven rubia caníbal está suelta por el instituto, ¡lo tendré muy en cuenta!-  Lo que rompio mi animo y me trajo de vuelta a ese casi solitario lugar que consideraba mi refugio, observe en profano silencio como aquella chica se colocaba a unos metros de mi en el barandal como si deseara ignorarme, me sentia avergonzada, nuevamente esa mueca cubria mi rostro y antes de pensarlo articule un prosaico discurso

-¿Que haces aqui,novata?¿ No te das cuenta busco paz?-

aunque yo era una novata y no sabia si ella lo era, senti esa actitud arisca de siempre me protegeria, sabia ella notaria mis dientes y no tardaria en hacer alguna clase de comentario ingenioso, pense en los costes de arrojarla por la azotea, pero solo fue una idea fugaz, despues de todo no me habia hecho nada, almenos aún no, La mire por unos segundos en espera de una reaccion, ella era un poco mas baja que yo, su Ropa no parecia ser el tipico uniforme del Instituto, un pequeño mechon Rojo desvio mi atencion hacia el, me sentia algo desconcertada y esa caja que cargaba me hizo preguntarme si era miembro de algun club, deberia lidiar con sus compañeros tambien, lo sabia era imposible evitarlo, Era la primera Persona me dirigia la palabra en el Instituto Y talvez seria mi primera riña, en cierta forma me sentia entusiasmada.

- ¿Ah? ¿Novata dices? –arque una ceja y la observé con detenimiento. Pude ver cómo sus ojos se detuvieron unos instantes en mi cabello, por reacción llevé mi mano derecha hasta mi frente, sonreí a medias y llevé mi mano hasta el cordón de mi estuche. –Vamos, ¿es que se nota la carne fresca aquí?

Si bien el sarcasmo no era muy notorio era gracioso que de inmediato fuera señalada, no era como si fuese extraño para mí, había agarrado el gusto al pleito. Apoyé mi estuche en el suelo y me recargué de espalda en el barandal, justo como la chica había estado momentos atrás. Tomé una bocanada de aire y continué hablando con tranquilidad:

- Te ves insegura para no ser “novata”. –llevé mis manos a mi nuca y los dejé alzados, mirando al cielo.- Y si piensas que me iré de este lugar sólo porque tú lo dices y “has llegado primero” estás muy equivocada, rubia.

Sentencié a la joven, no me importaba cómo se tomara las cosas, no lucía peligrosa, tampoco es que fuera a dar pasos atrás (aun que pidiese, tomando en cuenta que estaba al límite puesto que mi espalda estaba contra el barandal).

La chica pareciera no temerme, talvez podriamos ser amigas, talvez..
Me acerco Hacia ella deslizando mi mano por el barandal y al llegar a su lado me detengo enseñando mis dientes en una media sonrisa invertida Como si intentara asustar a un pequeño niño, ya antes habia resultado, no deberia ser diferente ahora, la gente suele llevarse mucho por las apariencias, de seguro ella se sentira incomoda y se ira.

- ¿Asi que ambas somos nuevas?-Relami mis labios - No esperaba tener que arruinar el primer dia de otra novata, Pero siempre es bueno iniciar con la mejor reputacion posible-
 
Me coloco adelante de ella dejandola entre el barandal y yo, Sin previo aviso pego mi frente a la suya dando una ligera presion sobre esta, no tenia realmente planeado que sucederia despues, pero era lo natural, solo reaccionaria al instinto, de seguro huira y si hay una pelea alguien la auxiliara y yo tendre una reputacion sin tener que lastimarla demasiado...

-Enseñame que tan ruda eres,Niña.

Bajé mi mirada para observar a mi interlocutora, miré sus dientes puntiagudos, jamás había visto algo igual y dejé mis ojos posados sobre aquella peculiar dentadura, a decir verdad era llamativa y hasta linda, era algo especial tal cual lo era mi mechón rojo, que aun que fuera tomado como pintura yo sabía bien que no era artificial.

Le miré relamer sus labios lo cual me sacó del embelesamiento por haber visto sus dientes y sólo pude dibujar una mueca de desconcierto en mi rostro.

- Tks, así que eres una busca pleitos. ¿Quién diría que me toparía con alguien de mi misma especie? –pronuncié antes de que ella se colocara peligrosamente cerca de mí. Su frente se pegó con la mía y sólo pude aumentar mi expresión de desconcierto, pasando inmediatamente a una incomodidad eminente: algo que me perturbaba era la gran cercanía con alguien. Podía sentir su aliento sobre mi, y encima de eso me estaba retando.

Si hubiera tenido la opción de retroceder lo hubiera hecho, pero mi única escapatoria era alejarla de mí de la única manera que se me ocurrió: levanté mi estuche del suelo y lo puse contra su cara de manera violenta y la empujé con él mientras exclamaba molesta e inquieta:

- ¿Es que no sabes respetar el espacio personal? Jeez! –cuando la lancé lejos de mí di 5 pasos lejos del barandal y colgué en mi espalda de nuevo mi equipaje. –No me provoques rubia dientes de tiburón. –comenté despectivamente. –No me tocaré el corazón en dañar tu lindo rostro si te vuelves a acercar así a mí! –exclamé llevándome la mano derecha a la cara y “limpiándome” la boca con el puño de mi saco, en realidad era un intento inútil de ocultar mi sonrojo por tal acercamiento.

¿alquien de tu propia especie? Ya veo eres como yo..Solo pude pensar en esas palabras antes de sentir esa fria caja de metal en mi rostro que me empujaba hacia atras, no pude reaccionar a tiempo,fui una tonta en dejar esas palabras me afectaran, revise mi rostro por instinto como temiendo hubiera algo en el, Pero solo era una incomoda sensacion en mi nariz, Dirigi mi vista hacia el barandal pero ella ya se habia retirado a una locacion a pasos de ahi ¿talvez deseaba pelear? la vi como ponia de nuevo esa extraña caja en su espalda, senti deseos de ver que contenia y me incorpore firmemente dirigiendole una fria mirada, ella me llamo dientes de tiburon, eso se oye muy bien, mas su otro comentario... no me lo esperaba. "No me tocaré el corazón en dañar tu lindo rostro si te vuelves a acercar así a mí!"

-L-lIndo rostro!-Pude articular con un tono tembloroso y por unos segundos me paralice, no era el comentario esperaba, ahora que lo analizo la chica no era fea, talvez.. no!, debo desviar mi mente de pensamientos de ese tipo, puse mi mano en mi pecho en silencio por unos segundo y luego Le grite :Callate, Novata idiota! - podia apreciarse un ligero rubor en mi rostro que mi palida tez no ayudaba a disimular, Desvie la mirada guardando un incomodo silencio por unos minutos, esperaba ella dijera algo que cambiara la situacion o almenos intentara huir.
 
-Omiko...Me llamo Hakodate Omiko...

Cuando ella repitió algunas de mis palabras no pude hacer más que reaccionar a ellas casi del mismo modo que ella, abrí mis ojos bastante y desvié mi mirada hacia la derecha.

—No dije que realmente seas linda o algo, no te sientas especial y no vuelvas a llamarte idiota si no deseas mi puño en tu cara. —Logré comentar con algo de nerviosismo bien disimulado. Después de unos segundos voltee a verle, pude notar un poco de rubor, sólo arquee la ceja y también se apoderó de mi otra vez aquel color que había logrado ya borrar.

Después de un silencio incómodo ella pronunció su nombre. Ya iban tres personas que me daban el suyo, pero, ¿sería que el de ella también lo recordaría? Además ¿Cómo reaccionar ante aquella situación? Tal vez sería bueno evadirla e irme.

—Y ¿Quién preguntó quien eres, dientes de cierra? Jeeez —le di la espalda y regresé a mirar por el barandal. —Sólo espero no tener que compartir clase contigo ¿Omiko?... sería molesto. Espero que vayas en grados superiores, recién llegada. —comenté con desprecio como si yo misma no fuera una recién llegada que incluso resaltaba más que ella con la ausencia del uniforme reglamentario.

Ella parecia muy arisca conmigo, incluso le dije mi nombre pero parecio no importarle, otra vez se aleja de mi ¿ como deberia sentirme ahora? si ambas somos novatas talvez compartamos las clases, no me sentiria tan mal de saber podre verla de nuevo, talvez le enseñe el terror que soy, no soy muy buena en estas cosas.

- N-novata, te exigo me digas tu nombre!!-grite intentando parecer firme.

La Chica volvia a mirar hacia ese gran barandal como si deseara ya no volvear a verme, no estoy segura de porque camine hacia ella y me posicione en el barandal dandole la espalda, sujete con mis manos ese frio trozo de metal apretandolo desquitando mi enojo y frustracion con el.

- Me sorprende lo descortecez pueden ser los novatos aqui- Talvez en mi mente eso sonaria como una disculpa, pero no podria permitirme pensara soy debil, despues de todo debia superar a cada estudiante si deseaba ser reconocida y talvez algun dia encontraria quien me entendiera.
- Eres una mocosa descortez, No me importa si te molesta mi presencia, puedes saltar por esta azotea si tanto miedo te da ser mi compañera!!Compañera de clases!!!- corrigio su discurso omiko, quizas solo ella malinterpreto su propia frase, era obvio aquella referencia hacia su rostro la habia afectado.

—¿Ah? ¿Quién te crees para exigirme algo que acabo de hacer? No volveré a pronunciar tu nombre. —entoné con molestia mirando como se ponía a un lado mío. Lance una mirada furtiva hacia dónde ella estaba y sonreí. —No puedes quejarte de la falta de modales cuando sólo gritas, exiges e insultas, pero no te equivocas conmigo, los formalismos no sirven de algo —me quedé unos segundos en silencio— o no muchas de las veces.

Miré el resto del instituto y me coloqué igual que la chica, le miré detenidamente unos instantes y continué:

—Para ser también una recién llegada estás un poco confiada. Estoy segura que no sabes ni dónde están los baños —reí de ironía, puesto que yo tampoco sabía la ubicación. —De cualquier modo no pareces ser algo peligroso o que seas mala, así que supongo que mantener la guarda en alto contigo es una reverenda pérdida de tiempo.

Mi actitud hacia ella estaba cambiando rápidamente, porque a pesar de que fuera tan descortés como yo podía percibir una esencia similar a la mía, tal como se lo había dicho antes. Tal vez aún no era muy tarde para corregir un poco mis faltas hacia ella. Me separé del barandal, me puse frente de ella y le tendí mi mano derecha para saludarle:

—Soy Matoi Ryuko, segundo grado clase K, siéntete honrada de que sabes ahora mi salón, dientes de cierra. Ah, y si deseas que me lance por el barandal no me iré sola, es advertencia. —desvié mi mirada hacia la izquierda aun manteniendo mi mano en el aire. Tal vez ella no llegaría a tomarla, quizás sí. No perdía tanto tratando de ser un poco cortés con quien había sido tan brusca segundos atrás.

Rechine mis dientes al oir como esa chica se burlaba de mi, era mas baja que yo de seguro la derrotaria en una pelea, es mejor ser una chica mala a ser una chica mas, pero en sus palabras tenia razon, no conocia a nadie en ese lugar, estaba viviendo sola y sortiando delincuentes para llegar a un instituto me ignoraba, Al menos ella me hablaba, no podria culparla soy arisca por naturaleza. Ella se coloco a mi lado en el barandal y pude notar como me miraba, pero no desvie a verla, no pude, ella extendio su mano derecha hacia mi como intentando hacer las pases conmigo¿seria una trampa?¿me temeria? mas ella solo dirigio unas palabras hacia mi:
"
—Soy Matoi Ryuko, segundo grado clase K"- Me paralice por unos segundo, tome su mano y la aprete con fuerza intentado dar una sonrisa, mas se notaba no era lo mio sonreir y quizas se veia algo escablosa.
—Yo ...-   Mi tono era algo timido, tuve que esforzarme para lograr  no parecer debil y en voz ya mas firme exclame :                                                                       — Es un gusto, yo soy  Hakodate Omiko del club de tenis- Volvi a callar por unos segundos.
—soy de segundo Grado clase K sin estrellas... creo somos compañeras de clase-

Solte su mano despues de unos segundos y desvie mi rostro sonrojada otra vez, mientras apretaba con tension esa viga metalica.
    " Creo podre ser amiga de ella"

La chica rubia dudó en tomar mi mano pero una vez que lo hizo sólo pude sentir su fortaleza, ¿era una demostración de poder o era sólo su nerviosismo? De cualquier modo si ella hubiera visto mi reacción en ese momento sentiría como si la rechazara ya que una sonrisa un tanto nerviosa se dibujó en mis labios unos segundos, cuando ella trató de sonreír sólo quedé fría, su voz suave y luego más fuerte sólo lograron desconcertarme más, me cruce de brazos y reí sin más remedio.

—Podrás notar que soy sin estrellas también. Así que definitivamente tendré que compartir clases contigo. Espero que seas de esas chicas que toman apuntes, de lo contrario será una molestia tenerte allí. —mi sonrisa permanecía en mi rostro, era agradable ver cómo la chica parecía ser sincera a pesar de ser grosera (como yo).

—Dientes de cierra… —comenté mirando cómo apretaba la barra metálica —no creo que de las barras metálicas salga jugo de naranja, pero sí creo que podrá salir sangre de tus manos si sigues haciendo eso.

"Ella me sonreia, A pasado tanto desde ello, una sonrisa gentil..."

-¿Jugo de naranja?- Solte rapidamente la viga que sostenia desde hace un rato, al revisar mi mano podia observar en ella un tono rojo en mi palma, mis dedos se sentian pesados, tome un pañuelo de mi bolsillo y limpie mi mano, mire de nuevo a la chica de aquel llamativo mechon rojo ahora llamada Ryuko

-Creo ya acabara el descanso y aun no eh comido nada-
Camine unos pasos y recogi una pequeña bolsa de plastico, Extraje de ella 2 barras energeticas abriendo una la muerdo, talvez no era una gran merienda, pero era algo, sin mirar a Ryuko acerco La segunda barra a ella.

-Tambien hay Jugo ..solo si deseas- Aunque la cara de omiko no lo demostrara se sentia extrañamente feliz.
-Luego iremos juntas a Clases,Novata-
"Quizas no sea buena sonriendo,pero sonreia por dentro"
"

Observé como la joven rubia limpiaba sus manos después de soltar el barandal y observarlas. Parecía que haberme hecho caso. Cuando terminó pude notar como de nuevo miró de manera fugaz mi cabello, una vez más llevé mi mano hasta mi frente.

La chica se quejaba acerca del almuerzo, cuando he visto que abrió una barra energética sólo pasé trago a duras penas tratando de disimular que moría de hambre también. No sé si ella notó en mi cara mi hambre, pero ahora me ofrecía una de sus barras. Estiré mi mano sin pensarlo pero la detuve en seco antes de tomarla. Si bien me moría de hambre me parecía un abuso tomar su almuerzo. Mi mano aún titubeaba por la duda:


—¿Estás dándome esa barra a mí? —pregunté, aun que era obvio que si se la daba a alguien era a mí, era la única presente, pero realmente tenía duda en si quizás solo me la mostraba o si me la regalaba. —Quieres ir conmigo porque no tienes idea de dónde está el salón, di la verdad, piraña.

Ella parecia hambienta o solo le gustaban en especial las barras energeticas , cuando se la ofreci parecia la aceptaria ,pero titubeo, su mano temblaba luego pregunto —¿Estás dándome esa barra a mí?.chica tonta, tlavez solo reusa aceptar algo de mi.

-Te la estoy regalando, novata- Mi tono era arisco y autoritario, acerque la barra y casi la   puse en su mano, tome un jugo de la bolsa y lo puse en su otra mano.
- Es que traje de mas, Novata-Seguia llamandola asi , supongo era para no sentirme muy cercana a ella, no deseaba confiar y que me destrozara el corazon, Volvi a morder la barra energetica, y al terminar ese bocado dije:
- asi es no conosco el salon, no me dieron ganas de asistir,pense solo habria chicos idiotas y profesores escualidos, niña tonta-Volvi a morderla barra esperando ella se decidiera a probar lo que le regale, puse una mano en mi cintura como era habitual en mi. debo admitirlo me gustaba su actitud ruda, pero no era cruel ,una combinacion dificil de encontrar.

De un momento a otro la barra energética que la chica dientes de cierra me daba ya estaba en mi mano, y en la otra una caja con jugo. Las miré unos segundos y no sabía ni que hacer. Era raro que alguien me diera cosas y más aún que ella confirmara que era un obsequio.

Sin dudarlo más abrí la barra y le di una mordida con desesperación y lo mismo hice con el jugo: bebí de inmediato porque el pedazo de barra se había atorado en mi garganta por haberme comportado como una naufraga con una semana sin alimento. Seguía escuchándola y le contesté con la boca llena:

— Verash quhe noh teh equivocash delh todo —pasé el trago y terminé de bajarlo con otro de jugo. Y continué hablando ahora de manera correcta— Jeeez, las clases están aburridas, y más la que sigue… todos son unos idiotas, los profesores son unos pelmazos. Sin duda verás que tu encajas de inmediato allí —comenté riéndome un poco. La miré fijamente unos segundos mientras bebía lo último que quedaba del juego- G-g-gr… —trataba de dar las gracias pero me costaba algo de trabajo, finalmente lo dije con voz tenue —Gracias, moría de hambre. Te llevaré como recompensa al salón, pero yo paso de entrar allí.

Finalmente se decidio a aceptar mi regalo, Obseve como tragaba aquella barra energetica y dejada caer el jugo por su garganta como si de un pozo se tratase, me pregunte si seria tan pobre como yo, talvez no tenia para comer,  ella era linda en cierta forma, incluso con esos modales barbaricos, me gustaba su compañia, sin darme cuenta sonrei dulcemente por primera vez en años, solo la observe comer en silencio esperando terminace, pero la chica comenzo a balbucear, podria ver como trozos de la barra daban al suelo, no pude evitar ver sus labios al intentar comunicarse, no se porque me atraian.

- ¿Dices que soy una Idiota? La mire con una expresion de reproche mientras apoyaba ambas    manos en mis caderas -¿o solo una pelmaza?- Cerre mis ojos desviando mi cara de Ryuko, no me sentia ofendida, solo sentia era un juego, abri mi envase de jugo de naranja y bebi un poco.
al terminar de comer ella me agradecio con dificultad, pensando llevarme a clases seria el pago por la comida, que tonta era.
-¿Dices me llevaras a clases y me abandonaras alli? eso se oye a que me entregaras para ser regañada, me niego, me saltare otra clase- volviendo a dar un sorbo al jugo apoye mi espalda en el barandal, luego de un corto instante de meditacion le mire con ojos profundos y coquetos, entone una voz algo seductora y dije:
-¿que hay en la caja Ry-u-ko?

—Pelmaza y tonta, a idiota no llegas —sentencié contestando a su pregunta, de pronto reclamó acerca de que la llevaría a clases —Siendo recién llegada y saltándote todas tus clases ¿ah? No me esperaba eso. Que va, soy la menos indicada para reclamarte algo.

Aún tenía las envolturas de comida en mis manos, así que decidí colocarlas en el suelo. Cuando alce la vista mientras me reincorporaba sólo vi esa extraña manera de verme por parte de la dientes de cierra, me colocó un tanto nerviosa y aquel tono de voz no ayudaba:

— ¿P-por qué me miras así y hablas en ese tono? —no pude evitar ponerme un poco roja. Miré mi equipaje y lo coloqué de golpe en el suelo —Lo que hay allí dentro es un secreto. Pero no es algo de lo cual debas preguntarme mucho acerca de. Tal vez, algún día te toque verlo —hablaba seriamente mientras un extraño y frío viento daba contra nosotras, elevaba nuestros cabellos y meneaba nuestras faldas.

Todo quedó en un silencio sepulcral como si alguien hubiera puesto pausa al sonido de todo el instituto. Parecía todo algún tipo de magia para poner dramatismo al asunto. Tomé una bocanada de aire helado y suspiré con pesadez bajando mi mirada al suelo. El viento seguía moviendo mi cabello el cual hacía que mi rostro quedara cubierto y ella no pudiera notar mi mueca de nostalgia y molestia a la vez. Los recuerdos comenzaban a atacar mi mente y no podía estarme tranquila con facilidad. Elevé de nuevo mi mirar y voltee a verle fijamente al rostro con una expresión severa, apartando mi cabello del rostro con mi diestra.

—Como sea, no es asunto tuyo y espero jamás lo sea. De lo contrario… —apreté mis puños y podía sentir cómo mis uñas se enterraban en las palmas de mis manos. El dolor me hizo pensar un poco, por fugas que haya sido el pensamiento me hizo recapacitar, algo poco común en mí. Me quede en silencio y le di la espalda colgándome de nuevo la caja metálica en la espalda.

La chica no parecia complacida con mi pregunta y ese bello rubor en su rostro solo me  causaba interes en ella, La chica del cabello corto dejo esa gran maleta en el suelo y mas que darme una explicacion intento amedrentarme de mi pregunta, el frio viento  meneada mis coletas en todas direcciones, solo pude sujetar mi falda en un reflejo y acto de mi oculta femeneidad, tal vez ella hubiera notado mi ropa interior si no hubiera desviado su mirar al suelo como si no deseara verme, el silencio entre nosotras era eterno, deseaba ver que secretos ocultaba de mi, mas al ver como su rostro severo apuntaba a mi desisti de esa curiosidad y no por un acto de cobardia, podia entender  el dolor del corazón y los secretos este guarda, note como ella apretaba su puño mientras sus palabras buscaban distanciarnos, y note impavida como me daba la espalda, mas eso no era algo logrará apartarme de quien en un pequeño momento logro le considerara mi igual, incline un poco mi cuerpo para emprender mi trayecto silencioso hacia ella, el viento se volvio mi aliado ayudando a sofocar mis pasos, al llegar casi a su lado coloque mi mano en su hombro suavemente y dije  ya con un tono neutral:
-Lamento el mal rato, Compañera- Me mantuve unos segundos en esa posicion talvez esperando ella reaccionara o solo me golpeara, preferia su ira a ver como se alejaba y volvia a esa eterna soledad.
Aun sujetaba mi caja de jugo que estaba a la mitad, olvide el viento y deje mi falda fuera libre de seguir al viento, dudaba alguien mas fuera a llegar para ver nuestra ropa interior.
Se que si daño el cuerpo de alguien o su orgullo ellos se recuperaran, pero dañar el corazón de otra persona me  era imperdonable, comence a dudar de mi y me sentia de nuevo como un monstruo, debia hacer algo por ella.
Me volvi dandole la espalda cruzando mis brazos con una actitud firme y ojos cerrados -No me decepciones ahora, Eres mi compañera en la mala actitud y Hakodate Omiko no es conocida por abandonar a sus amigas-

La cálida mano de la joven dientes de cierra estuvo sobre mi hombro un corto tiempo, sin embargo, en cuanto la sentí no pude evitar sobresaltarme un poco, pero sólo fue mi cuerpo el que se movió un poco, como cuando pones la mano sobre un gato y da un pequeño salto en sí mismo. Escuché suavemente cómo pedía disculpas, el viento se llevaba las palabras pero no eran inaudibles. Me volví hacia ella, cuando hice eso ella acababa de colocarse de brazos cruzados, y ahora quien presenciaba la espalda contraria era yo.

—“Amiga” —susurré. Era la segunda persona que me llamaba así en ese lugar, ¿era que las personas allí eran peleoneras y amigables a la vez? No tenía ni idea, pero viniendo de ella no me sorprendió, sentí como mi corazón había dado un vuelco. Sonreí de manera natural aun que ella no pudiera verme, mi estado de animo se había neutralizado y ya no sentía la necesidad de ser áspera con ella.

—Entendido, compañera Omiko aka. Dientes de cierra. —una fuerte ola de viento hizo que mi falda se elevara, pero me cubrí de inmediato. Sin embargo creo que la joven rubia no corrió con la misma suerte puesto que ahora conocía su ropa interior. Me sonrojé y después eché a reír —¡Oí! ¿Es parte de tu ritual de amistad mostrar tu ropa interior? ¡De ser así no voy a corresponder en lo más mínimo!

"Mi mente intentaba distanciar el asunto, Pero mi corazon deseaba ver a mi nueva amiga en paz."
Pude oir las palabras de mi primera amiga en años, me sentia realmente feliz y pensado un poco su apodo tenia algo de rudeza, una felicidad mi pose y espalda se encargaban de ocultar, mas al sentir esa corriente de aire frio nunca pense alguien estaria pendiente de mi falda, fue solo al escuchar la risa de Ryuko que me di cuenta de lo que habia sucedidio.

-¿QUE??NO LAS VEAS!! -Grito omiko dandose vuelta ruborizada mientras envano sujetaba su falda-

Omiko no sabia que hacer y solo cubrio su cara con ambas manos abochornada, mas sintio como unas pequeñas lagrimas se comenzaban a escapar de sus ojos, dudo de que deberia hacer, pero en lo que quizas fue un impulso de supervivencia lo supo, descubrio sus ojos sin importarle nada y de un rapido golpe levanto la falda de Ryuko.

-Vaya ,blancas con lineas azules ,que dulce eres, Novata- Exclamo Omiko con una sonrisa maliciosa , luego desvio su mirada hacia el cielo como si mirara una nube- me pregunto que traeras mañana -Parecia deseaba provocar algun tipo de reaccion en su contraria.

—¡WOAH! ¡O-O-OI! —Tal parecía que a la rubia con coletas no le había agradado mucho mi comentario y ahora me hacía “parte del ritual de amistad” a mano propia: levantó mi falda al mas mínimo de mis descuidos hasta sentí que me había analizado la ropa interior y casi habría adivinado la marca de la misma con tan solo ver las bragas. —¡DIENTES DE CIERRA ERES UNA ABUSIVA! —grité ruborizada mientras bajaba mi falda aun que fuera muy tarde.

—¡No soy dulce! ¡No tiene nada de malo las rayas blancas y azules! A-además estaban en oferta ¿Q-que podía hacer? —traté de excusarme de manera tonta, aun que todo lo que decía era cierto. En mi molestia/confusión/vergüenza/lo que sea que estuviera sintiendo en ese momento eleve mi mano haciéndola puño y le di un coscorrón a la chica, acto seguido la enganché con ese mismo brazo e hice que se agachara dejando su rostro atrapado en mi costado entre la escuadra que formaba mi brazo y el espacio de mis caderas. Teniendo a la chica allí solo la apretujaba sin la intención de lastimarla, pero sí, estaba desquitando mi frustrante vergüenza.

—¡D-discúlpate! ¡El hecho de que yo haya visto tus piernas y tus bragas no te da derecho a levantar mi falda! ¡A-además el que las haya visto ha sido sólo un accidente! —se podría decir que mi mechón rojo se podía perder en el color de mi rostro ahora.

Ese golpe solo logro causarle gracia Omiko que comenzo a reir alegremente mientras oia las excusas de su amiga centimetros mas baja de ella, la agresiva chica rodeo el blanco cuello de la tenista atrayendola hacia su cintura y manteniendola ahi en una especie de infantil tortura.

-¿que haces? ya las vi, no hay necesidad me las vuelvas a mostrar-Replicaba omiko mientras desprendia alegres carcajadas, no habia reido asi en años, sujeto el brazo de la chica del mechon con la unica intencion de no perder el equilibrio.

-No!! no me disculpare! - un tono alegre y casi infantil acompañado de una alegre y risueña actitud muy lejano a la arisca chica de hace unos minutos, mas  un tono coqueto Se apodero de mas palabras de la tenista que ahora dirigia una dificultosa mirada a su compañera

-¿ No te parecio una prenda muy sexy?- eh inmediatamente agrego- ¿Quieres ver el conjunto? mas solo era parte del juego de la rubia que parecia no darle importancia a que la brisa seguia levantando su falda y dejando ver su ropa intima

— ¡O-OI! ¡NO TE BURLES DE MÍ! —grité de manera desesperada mientras mi cara continuaba roja y mis expresiones faciales cada vez eran más y más exageradas y evidentes. Escuchaba las risas de la chica resonar por toda la azotea, parecía que el viento no tenía poder contra ellas porque no se difuminaban en lo más mínimo. De pronto mi corazón dio un vuelco, era la primera vez que alguien reía tan alegremente conmigo. Las vibraciones de la risa de la chica se transmitían por todo mi cuerpo, me quedé callada unos segundos y después sonreí de la manera apacible que jamás habría sentido en mí.
—¡VALE! No te disculpes pero después no vayas a pedir que siga teniendo consideración de ti! —llevé mi puño a su cabeza y comencé a darle pequeños y suaves coscorrones que lejos de querer herirla quería distraerle y divertirle un poco más. Sinceramente no había estado más alegre, además aquella situación me regaló una gran amnesia a mis sentimientos turbulentos.

De pronto mi mano se quedó congelada en el aire a medio coscorrón para la chica, y, de hecho solté súbitamente del agarre contra mi cadera a la dientes de cierra, sus palabras había roto toda mi concentración: “¿No te pareció una prenda muy sexy?” mi respiración se pausó y no ayudó en nada lo siguiente “¿Quieres ver el conjunto?” ¿Qué clase de proposición era esa?

—¿D-de qué estás hablando? —pronuncié tenue, mi voz temblaba mucho e incluso di dos pasos hacia atrás tapando mi rostro con mi brazo izquierdo, que había colocado más bien como si fuera una defensa contra cualquier golpe pero el objetivo real de esa reacción era ocultar mi nerviosismo. —¡¿T-te-te-tengo que responder a eso?! —grité descontrolada, la temperatura en mi cuerpo fue en aumento y ahora sentía que no solo mi rostro era rojo, sentí que toda mi piel estaba teñida ya de ese color. —¡E-EXIHIBICIONISTA! —grité sin remedio alguno. Sinceramente no era que no haya sido una vista agradable, o que no me haya gustado su ropa interior, tampoco es que no estuviera interesada ahora en ver todo su conjunto, pero ¿sería correcto? Bueno, después de todo somos chicas ¿verdad? Y las chicas compartimos ese tipo de cosas ¿cierto? No es como si fuera que me descontrolaría o algo ¿correcto? No era que mi mente comenzara a imaginar un millón de cosas indecorosas, si alguien pudiese leer mi mente estaría aterrado u emocionado por lo que ahora había allí.

En mi gran confusión y distracción de mi imaginación “sexy” en acción casi podía ver cómo se quitaba poco a poco la ropa, era sólo una alucinación que disipé con un fuere golpe en mi rostro a mí misma pero mi imaginación no paraba y seguía, ahora podía escuchar su voz de una manera más que cargada de sensualidad la cual me susurraba “si quieres tocar, puedes hacerlo”, puse mis manos en mis oídos y grité mirando al cielo:

—¡¿QUE RAYOS ESTOY PENSANDO?!

La chica estaba realmente afectada era algo muy divertido de ver, eramos como 2 tipicas colegialas viviendo sin preocupaciones, incluso la sentia como mi mejor amiga, pareceria siempre estuvimos juntas, ella intento darme una leccion al darme lo que talvez pensaria era un castigo mas eran suaves caricias las que Ryuko me daba en la cabeza, era como si aprobara mi comportamiento, era un mimo y estar tan cerca de ella se sentia muy bien, su calida piel me transmitia un tranquilizador calor, mas sin previo aviso ella se aparto de mi asustada como si algo le inquietara tambien se llevo consigo esa sensacion que lograba en mi.
—¡¿T-te-te-tengo que responder a eso?! —grito la Rebelde sin razon alguna,luego recorde mi ropa intima, tapando mi boca con el dorso de mi mano izquierda di una alegre risilla, me parecia dulce se inquietara por algo ven mis compañeras de tenis cada dia, mas era cierto cuando ella la vio me sentia extrañamente apenada.—¡E-EXIHIBICIONISTA!-grito de nuevo mas luego de ello parecio callar como perdida en su mente, decidi jugar un poco con ella al verle golpearse tras unos minutos.

-Si lo deseas puedes ir a cenar a mi casa uno de estos dias y tal vez a dormir... - mencione con un tono sugerente  -pero si no puedes esperar- volvi enseguida a caminar unos pasos hacia ella quedando muy cerca de esta y asegurandome me viera sujete el cuello de mi camisa y comence a soltarlo dejando ver de apoco un poco de mi palida piel y mencione seriamente

-Debo cumplir con lo ofrecido-